La boda de L + A nació entre sombras cálidas y destellos de luz temblorosa, como si cada vela quisiera contar su historia. Desde el primer instante, el ambiente se llenó de un romanticismo oscuro que envolvía a todos: tonos profundos, texturas ricas, detalles cuidados y una estética gótica que convertía cada rincón en poesía.
Nada fue casual. Cada elemento —la decoración, las flores, el estilismo, el banquete— estaba creado para reflejar la manera intensa, auténtica y profundamente emocional que tienen de amar. La oscuridad no era ausencia de luz, sino el escenario perfecto para revelar su esencia: un amor que se siente fuerte, que se respira despacio y que se vive con alma.
Fue una celebración que parecía sacada de un cuento nocturno, donde misterio y belleza avanzaban de la mano. Un día que no solo se recordará, sino que seguirá latiendo en quienes lo vivieron, como esas historias que empiezan entre sombras… y se iluminan desde dentro.
Queremos dar las gracias a todas las personas y profesionales que hicieron posible esta boda tan intensa y llena de belleza oscura.
Al Castillo Santa Florentina por convertirse en el marco perfecto; a Catering L’Esclusività por un banquete espectacular, y a Manu García Barcelona por el impresionante vestido de novia.
Gracias también a Mario Moyano por el elegante traje del novio, a Lidia Reinosa por su exquisito estilismo, y al equipo Mura por capturar cada gesto, cada sombra y cada emoción con una sensibilidad única.
Las flores de Rosa Bley (Canet de Mar) merecen una mención especial: su trabajo aportó profundidad, textura y una estética tan dramática como delicada, elevando cada escena con un equilibrio perfecto entre oscuridad y elegancia.
Y por supuesto, un agradecimiento muy especial a Tony Castro, maestro de ceremonias y mago, que no solo condujo el ritual con emoción y presencia, sino que lo convirtió en un momento verdaderamente inolvidable, lleno de simbolismo y magia en estado puro.
Agradecemos a Abanik su aportación al material y montaje, y añadimos también un gracias a ForeverDollyShop por ese detalle que sumó un toque singular al ambiente.
Y, de manera muy sutil, pero merecida, agradecemos la confianza en Sal y Chocolate para la coordinación general del día. Un trabajo silencioso y casi invisible antes, pero fundamental durante la celebración para que todo fluyera con armonía, calma y la intensidad perfecta que este día merecía.
Gracias a todos por aportar vuestra esencia y hacer posible una boda tan mágica, dramática y profundamente emotiva.






































































